Tenemos que definir de la mejor manera lo que socialmente significa educar, ya que en esto podríamos definir muchos acciones de cambio. Pareciera ser que únicamente los pedagogos son los únicos autorizados de educar y en miles de ocasiones les culpamos de muchos de los desastres sociales, debido a la falta de criticidad de las personas, falta de comprensión e interés sobre los temas sociales que se tornan totalmente políticos y a la hora de tomar las decisiones, estas son las más erradas para muchos. Anteriormente se decía que educar es construir un conocimiento cualquiera que sea, mientras este se vuelva parte de la vida de las personas. Para un Promotor de la Salud también es importante saber que es una de las tareas esenciales, ya que en los diversos espacios de acción se intenta educar a la población mediante la investigación acción participativa.
La educación a su vez se divide en tres tipos, en los cuales podemos incursionar de muchas maneras: la educación formal, la cual tiene en sus programas el contenido de salud en la transversalidad de sus ejes. La educación informal, en la cual debemos impregnar el trabajo como promotores, ya que se da en la cotidianeidad y nos permite generar cambios en los estilos de vida de las personas. Y por último, la educación no formal, en esta también podría un promotor generar aprendizaje en las poblaciones, ya que se estructura desde diversos entes sociales paralelos a la educación formal, por ejemplo: municipalidades, iglesias, gimnasios, desde el mismo centro de salud, etc.
En fin, los espacios que podamos ubicar en cualquier tipo de educación, pero principalmente dentro de la formal y no formal, son los ideales para enseñar sobre salud y ejercer una herramienta como la investigación-acción participativa, la cual puede ayudarnos a cambiar los estilos de vida.